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El tanto que sirve para reivindicar su regreso al campo luego de un mes sin mucha acción. También para ganarse la confianza del nuevo técnico, el rumano Mircea Rednic, quien aporta un pasaporte más al vestuario del Standard, uno en el que conviven varias religiones, 10 idiomas y 21 nacionalidades distintos, todas bajo un mismo techo. Una especie de torre de babel que tiene que entenderse para jugar al fútbol.
-¿Cómo se comunican
en un equipo con tantos idiomas?
-Hablamos inglés, la mayoría de los que somos
de afuera. Dentro del campo ya uno más o menos tiene noción de cómo
expresarse en francés con los belgas, ya las terminologías las sabe hacer y
cuando uno quiere decir algo se lo dices en su francés machucado, o como salga.
Igual no es un vestuario tan unido como lo son los suramericanos, cada quien
está en su lugar y ya.
-¿Y cómo es convivir
con culturas tan distintas?
-Hay muchas religiones, hay musulmanes, judíos, católicos,
la verdad hay de todo. Pero nos entendemos, nos llevamos bien. La mesa donde
estoy, estoy con Nacho (Ignacio González), Astrit (Ajdarevic) que es sueco
porque se crío allá pero nació en Kosovo y es musulmán, también están otros
tres israelíes que son judíos. Nos sentamos a charlar y vemos que tienen
costumbres bien distintas y sus religiones no les permiten algunas cosas.
-¿Y es de preguntar
cosas sobre esas culturas?
-Claro, somos curiosos, Nacho y yo siempre andamos
preguntando.
-Una mesa con tres
judíos y un musulmán es todo un ejemplo de tolerancia.
-Eso también habla de que esas cosas deberían estar más allá
de esos problemas, al final todos podemos convivir, por eso tantas cosas malas
que uno ve. Ese tipo de ejemplos, pasa en Venezuela con la política y después
viene la selección en la que cada quien piensa lo que tiene que pensar y en la
cancha todos estamos juntos, bajo un mismo color.
-Recibí la convocatoria con mucha felicidad, pero más por
estas dos semanas que he tenido que han sido difíciles en el equipo. Incluso se
lo comenté a mi novia, ella se sorprendió porque fue de una manera muy efusiva,
se sorprendió porque le parecía obvio, tenía confianza de que me llamaran pero
es que con tantas cosas que no han estado saliendo, llega esa buena noticia y
ahora estoy muy contento de volver a estar con el grupo.
-¿Cómo vivió el
empate contra Ecuador?
-Ahí estamos, la realidad está en la tabla hoy y ahí está
todo muy apretado. Si estuviéramos de cuartos por los dos puntos que nos
hubiera dado una victoria igual no se hubiera asegurado nada y no dejaría de
ser difícil. A todos nos hubiera gustado ganar los tres puntos, pero hay un
dicho que si no se gana, no se puede perder. Ese cuarto lugar es una plaza que
debemos defender, es una plaza que debemos aguantarla e intentar mejorarla.
Vienen partidos que tenemos que sacarlos.
-Serán dos partidos
contra el primero y el segundo de la eliminatoria.
-Sí, vienen en buen ritmo pero no se cómo llegarán a marzo.
Me impresiona lo de Colombia, a la que realmente le está saliendo todo
increíblemente bien, será un rival muy fuerte pero vamos a estar en casa.
Tenemos que defenderlo. Igual falta mucho para esas fechas y es uno de visita y
otro en casa, el deber es defender nuestra cancha y después siempre hemos sido
una selección que afuera se nos dan las cosas.
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