domingo, 3 de marzo de 2013

El tímido Rogers tuvo que elegir entre ser homosexual o futbolista



Hace un año y seis meses, Robbie Rogers rescató a Estados Unidos de lo que parecía ser la cuarta derrota consecutiva ante su vecino y archirival México. Un duelo que levanta pasiones de cada lado de la frontera y que se calmó tras el gol del volante californiano, el tercer cambio de Jurgen Klinsmann esa noche en Filadelfia, que significó el definitivo 1-1.
Ese fue el segundo y último gol que anotó Rogers, de 25 años de edad, con la selección estadounidense a la que llegó luego de cumplir un exitoso ciclo en la Sub 18, en la Sub 20 y en el equipo olímpico con el que jugó los Juegos de Pekín en 2008. Ese mismo año quedó campeón en la MLS junto al barquisimetano Alejandro Moreno en el Columbus Crew y tres años después emigró a Inglaterra para jugar con el Leeds United. Su carrera parecía en ascenso pero hace dos semanas, 18 meses después de ser el héroe de su selección, anunció su retiro al tiempo que se declaraba homosexual en su blog.
“Durante los últimos 25 años he tenido miedo, miedo de mostrar quién era realmente. Siempre pensé que podía ocultar este secreto, escribió el estadounidense en su carta de despedida.
En su perfil de la MLS Rogers se declaraba fanático del surf, del ping-pong y del sueco Zlatan Ibrahimovic. Afirmaba tener tres hermanas y un hermano menor. En ningún momento había declarado su preferencia sexual. “Me llevaba muy bien con él, sabía lo importante que era para el equipo porque era un jugador determinante. Dentro del camerino era profesional, como todos, nunca tuve un problema con él”, recordó Moreno, quien perdió contacto con él luego de compartir por tres años en el vestuario del Crew.

Moreno y Rogers en un partido del Columbus. Foto: MLS
Una bomba. La noticia revolucionó los diarios ingleses y estadounidenses, que recordaron casos parecidos como el del inglés Justin Fashanu, quien se declaró homosexual en 1990. O el del sueco Antón Hysen, quien hizo lo mismo en una revista en 2011. El primero se suicidó ocho años después de dar a conocer la noticia, tras ser acusado falsamente de agresión sexual en Estados Unidos. El segundo se mantiene jugando, en la segunda división sueca.
Para Rogers, la decisión de hacer pública su preferencia le llevó inexorablemente al retiro, por lo que rescindió el contrato que tenía con el club inglés Stevenage. “Imagino que sintió que era una situación muy difícil de manejar, que se sentía mejor si no continuaba jugando”, opinó Moreno. “Robbie era un tipo callado, tal vez no se sentía cómodo al hacer de esto una gesta, o de llevar la bandera de una causa. Pero sí creo que tuvo mucho coraje y demostró tener mucha personalidad y temperamento para reconocer lo que es, me da una sensación de mucho orgullo”.
Las palabras de apoyo del venezolano no son las primeras que recibe Rogers. “Ayer pensaba que él era un muy buen jugador y aún hoy pienso lo mismo. Si quiere volver al juego, debe saber que tiene las puertas del equipo abiertas”, aseguró Frank Klopas, técnico del Chicago Fire, al Huffington Post. El plantel del Seattle Sounders incluso grabó un video apoyándolo. El ex portero Kasey Keller, el ex defensor Eddie Pope o su ex compañero en la selección Sacha Kljestan tuvieron gestos similares al mostrarle públicamente su apoyo. Junto a ellos, varias asociaciones que defienden los derechos de los homosexuales se pronunciaron a favor.
“Todo lo que salió al público fueron reacciones de apoyo. También hay que tomar en cuenta que generalmente las reacciones que no son de apoyo no salen al público, se dan en actos de cobardía o de ignorancia, en donde nadie se da cuenta”, valoró Moreno.
“Gracias a todos por todo el apoyo y el amor, no me esperaba esto”, respondió Rogers en su cuenta de Twitter, retratando la personalidad tímida que describió su ex compañero venezolano.

Paso al costado. Pese a las voces que le invitan a seguir jugando, Rogers parece estar seguro de su decisión. “Es tiempo de descubrir cosas fuera del fútbol. No podría estar más feliz con mi decisión. Me di cuenta de que solo podía disfrutar realmente de mi vida una vez hubiera sido honesto. Mi secreto se ha ido, soy un hombre libre”, escribió en su blog, el día que decidió hacer público el tema.
“Esperemos que de aquí a futuro, este tipo de cosas no sean grandes eventos y vivamos en un mundo en el que los jugadores en un camerino y afuera, sean evaluados por su desempeño, mas allá de otras cosas”, instó Moreno.
Rogers fue uno de los mejores jugadores de la MLS en 2008
“Hay futbolistas gays, pero no lo declaran porque creen que no serían aceptados en estas organizaciones de hombres”, comentó hace años Josepp Blatter, presidente de la FIFA, al diario The Times. Esa idea la respalda Ellis Cashmore, autor de un estudio sobre la homosexualidad en el fútbol citado por David Ruiz Marrull en un artículo publicado en el blog de Martí Perarnau. “Es inconcebible que ninguno de los 500.000 jugadores profesionales alrededor del mundo sea gay. Queda claro que la cultura del fútbol es prohibitiva. Por eso los homosexuales no tienen ni la confianza ni las ganas de salir del armario”.
“Eso es lo realmente triste de todo esto, que Robbie haya tenido que retirarse, que un tipo talentoso no esté jugando más al fútbol porque la gente aún no ha aceptado que es parte de una realidad”, prosiguió Moreno.
Sin embargo, esa cultura prohibitiva va más allá del fútbol. El jugador de rugby Gareth Thomas o el basketbolista John Amaechi esperaron hasta el final de sus carreras para hacer pública su homosexualidad por temor a encontrarse con personas como Luciano Moggi o Tim Hardaway. El primero fue alto directivo de la Juventus y en su momento aseguró que “los gays no pueden ser futbolistas”. El segundo fue también basketbolista y aseguró que “odio a los gays, no los quiero en mi equipo”.
El venezolano Moreno cree que eso debe cambiar. “Sería una situación dura –dice sobre si un jugador declarara su homosexualidad– pero dentro de un camerino sería fácil. Lo difícil sería proyectar el apoyo cuando salga de su área de protección como lo es el camerino. La gente aún no entiende eso”.
Antes de averiguar si lo que dice Moreno es verdad, Rogers prefirió tirar la toalla.