miércoles, 1 de febrero de 2012

Edwin Peraza, el recogepelotas que se convirtió en titular

El jovencito Edwin Peraza ya sabe cómo es una noche de Libertadores en el Olímpico. La vivió hace menos de un año aunque no estaba inscrito en el torneo ni había debutado en Primera. Cuando el destino del rojo ya estaba echado en la Copa, el mayor de los hermanos estaba en la pista sintética, no como jugador si no como recogepelotas en la visita de Vélez Sarsfield a la capital. La veloz progresión del vargüense lo hizo debutar cinco meses más tarde en Primera y mañana, diez meses después, ya no le alcanzará la pelota a Edgar Jiménez, Ángelo Peña y compañía, si no que compartirá con ellos en el once inicial que alineará Ceferino Bencomo contra Peñarol.
Ante la baja del expulsado Fidel Pérez, el técnico caraqueño ha decidido incluirlo como central. "Es un jugador profesional, tiene una actitud importante. Su agresividad también es notable, como su buen juego aéreo, es un muchacho que apenas tiene 19 años de edad, tiene mucho futuro por delante", señaló Bencomo, quien lo colocará al lado de Machado, quien casualmente fue central aquella última noche en la que Peraza fue recogepelotas.
"Es una bonita oportunidad", comentó, tímidamente, Peraza, quien sumó más de mil minutos en el pasado Apertura. "Es importante esa experiencia que tengo, ya se que tengo que hacer aunque hay detalles que debo corregir. En eso me ayudan mucho los compañeros que siempre me están aconsejando".
Antes de ser recogepelotas, y mucho antes de postularse para ser titular en el primer equipo, Edwin fue fanático y se sentó en las gradas para alentar al equipo del que es fanático y jugador. "Ya he vivido ese ambiente, también en el partido contra Lara. Sé manejar esa situación porque ya la he vivido, espero, con el favor de Dios, que me ayude".

El verdadero Caracas. Dentro del plantel rojo el discurso gira en torno a que en el partido de ida no se vio la imagen real del equipo, como afirmó Edgar Jiménez, capitán del camerino: "Este es un equipo de elite. Tenemos ganas de revancha porque ese partido nos dejó un sabor amargo".
Esa misma línea de pensamiento la comparten todos dentro del vestuario. "Nuestra obligación es dejar todo el alma en el partido. Si se dan las cosas para clasificar bien, si no, seguiremos hacia delante", apuntó Bencomo, que ayer siguió moldeando el once, siempre bajo el esquema de un 4-4-2.

*Nota publicada en la edición de El Nacional del 01/02/12

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