“Papá, yo también cumplí”. Esas fueron las primeras palabras que Joseph Cañas le dijo a su padre luego de clasificar al Mundial de fútbol. Nada más terminar el partido contra Uruguay, el preparador físico de la Sub 17 tomó el teléfono y llamó hasta San Felipe. "Yo también voy a ir a un Mundial", le dijo el ex jugador y ahora licenciado en Educación Física. En el otro lado de la línea estaba Alí Cañas, el primer venezolano en ser parte del cuerpo técnico de una selección en un Mundial cuando fue asistente de Ratomir Djukovic con Ghana en Alemania 2006. El ahora entrenador de Yaracuyanos es el padre de Joseph, pero también el hermano de Gerardo Cañas, el médico de la selección venezolana Sub 20 que jugó el Mundial de 2009.
El destino quiso que tres de los pocos venezolanos que
pueden contar que han clasificado a un Mundial coman todos los domingos bajo el
mismo techo. En la mesa también se sienta Salomón Cañas, traumatólogo y parte
del cuerpo técnico del equipo que ganó en Bolivia en 2009. Por algunos años estuvo
ligado a varios equipos profesionales pero ahora ejerce en otro campo.
De acuerdo con Alí, los Cañas son "una de esas familias
que tienen toda la vida en Mérida". Ahí nacieron y crecieron, bajo la
estricta tutela de Ramón Alí Cañas, un ex defensor central de varios equipos en
Mérida cuando el fútbol aún no era profesional. También jugó beisbol, pero el
entrenador lo describe, sobre todo, como un hombre exigente. El ex zaguero tuvo
seis hijos con Gladis Cañas. El mayor de ellos es Alí, el mundialista con la
selección ghanesa.
Luego está Thamara, quien se dedicó a enseñar música. Le
siguió Gerardo, traumatólogo de Estudiantes de Mérida y de la selección mayor.
Unos años después nació Xiomara, quien es ingeniera. Salomón, el kinesiólogo, y
la menor de todos, Inmaculada, quien se graduó en Derecho. Todos ellos, los
seis nietos y la bisnieta de Ramón Alí suelen reunirse a comer cada fin de
semana.
"Papá siempre nos llevaba al estadio", recordó
Alí. Fue ahí donde empezó la semilla que luego fue contagiando al resto de la
familia. "Para mí es un orgullo ser de la familia Cañas", confesó
Joseph, el mayor de los tres hijos del ahora entrenador de Yaracuyanos, nieto
de Ramón Alí, quien además de su trabajo como preparador físico, es el tutor de
uno de los hijo de su tía Thamara, que también decidió estudiar Educación
Física. "Creo que es un hito, no sé si alguna familia del mundo ha hecho
algo así", apuntó Alí, inflando el pecho ante la hazaña.
Joseph, quien tiene un postgrado en Planificación Deportiva,
tendrá los consejos que quiera, apenas cuando comience la sobremesa. "El
secreto es planificar bien la preparación, aprovechar todo el tiempo
posible", le recomendó Alí sobre la base de su experiencia con Ghana,
segunda del Grupo E, en el que derrotaron a la República Checa de
Pavel Nedved y Peter Cech y a la Estados Unidos subcampeona de la Confederaciones
tres años después. "Todo el mundo ve el Mundial cuando suena el Himno
Nacional y no saben todo lo que hay detrás, todo lo que hubo antes",
explicó Alí, quien asegura que en esa etapa de preparación llegó a dormir
apenas dos horas diarias en 15 días. "No te puedo describir con palabras
lo que uno vive, lo que uno siente", explicó el entrenador, quien vio a
fanáticos de Ghana besar el autobús de la selección.
Con orgullo. se siente parte de la clasificación como una
pieza dentro de la estructura del fútbol venezolano y como padre de uno de los
responsables. Sin embargo, su verdadero sueño no es seguir sumando mundialistas
bajo el techo de la casa. "Mi sueño es ver a la selección en el Mundial,
para que sienten lo que yo sentí, para que vivan lo que yo viví".
*Columna publicada en El Nacional el 28/04/2013
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