A Ronald Vargas nunca le costó mucho destacar en un partido
de fútbol. Al menos nunca le costó tanto como ahora. Sus condiciones le
hicieron siempre un privilegiado para regatear rivales, para definir ante
situaciones de apremio y para quebrar en pedazos a las defensas rivales. Sin
embargo, en febrero de 2011, una rotura de ligamentos cruzados en la rodilla
izquierda le obligó a interrumpir una temporada en la que era el mejor goleador
de la liga belga. Desde entonces, entre una lesión y otra entró en un túnel que
le permitió jugar solo 20 partidos en casi tres años.
Una caverna que esta semana comenzó a mostrar de nuevo la
luz cuando el guatireño anotó el sábado, por primera vez en once meses, en la
victoria de 2-0 sobre el Waasland.
"Es hermosa esa sensación -confesó emocionado Vargas-.
Me vuelvo a sentir el de antes. Lo que he vivido es fuerte y poder marcar otra
vez tiene un significado diferente, después de todo lo que he pasado ves todo
desde otro punto de vista, lo valoras más, lo disfrutas más". Realmente el
guatireño nunca ha sido un goleador.
Durante sus primeros tres años en Bélgica, con el Brujas,
anoto solo nueve tantos, sin embargo, el gol como fin último del juego es en
este caso un premio para él y para su constancia.
-¿Qué significa este gol?
-Es una motivación extra, el juego
de cabeza no es mi fuerte pero haber anotado así muestra las ganas que tengo de
marcar como sea. Por eso lo busco de cualquier manera y es que necesitábamos
ganar.
-Después de tanto tiempo lesionado, ¿siente que tiene
terreno que recuperar?
-Trato de no preocuparme, trato de hacer mi fútbol. Hay
cosas que no pierdes pero físicamente sí pierdes y poco a poco lo vas
recuperando, igual con la confianza.
-¿Se le había olvidado lo que se sentía anotar un gol?
-Ahora lo que hago es disfrutar la oportunidad de jugar, me siento contento
porque las veces que podido jugar se me ha dado bien. He podido marcar algunos
goles y eso es producto del trabajo. ¡Me he esforzado bastante! Si tengo que
esforzarme tanto como lo he hecho para tener estos frutos no me importa. No voy
a rendirme.
Esta es la vida que yo quiero, es lo que me gusta y marcar,
más allá de que no sea un goleador, siempre te llena, te da un extra mentalmente
y hace que tu familia lo disfrute.
-El Anderlecht le ha esperado por tres años. ¿Qué tan
importante ha sido ese respaldo?
-Lo valoro inmensamente, porque es algo que
otro club no hubiese hecho. Si uno como persona no valora eso, creo que no eres
humano. Estoy muy contento por lo que han hecho por mi, todos, los fanáticos,
el personal administrativo, los técnicos, todos, con lo que me ha pasado, otros
se hubiesen cansado. Ahora poco a poco voy tratando de retribuirles. Pude marcar y es como parte del pago. El presidente me
felicitó. Sé que con estos tipos puedo ir a la guerra si hace falta porque son
fieles.
-¿Se siente un ejemplo de superación?
-No hay que rendirse
nunca pero me siento una persona normal. Hay muchas cosas que te pueden pasar
en la vida, no solo en el fútbol si no en cualquier profesión. Hay momentos
buenos y malos y lo mental es importante. Quiero jugar al fútbol, no es por
dinero, no es por nada, es porque es un sueño, por metas que me he propuesto y
que quiero cumplir, como dejar el nombre de mi país en alto. Ser recordado como
alguien que ha peleado por forjarme un nombre.